Ineludiblemente, todo empadre debe ser registrado, quién encasta, a quién. Luego ponerle nombre y apellidos.
Estos chicos no dejan trabajar... bueno, debe ser la curiosidad instintiva del macho, en cualquier especie. Así es.
Aquí, ya obtenemos el producto de aquella jornada que todos anhelamos cosechar. Un recién nacido que merece todo cuidado.
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