Hace cincuenta años atrás, el flagelo de los criadores de alpaca, era la ENTEROTOXEMIA, comúnmente conocido como la diarrea bacilar que causaba ingentes cantidades de mortandad entre las crías de alpaca de una hasta tres meses de nacidos. No existían medicamentos específicos que combatiesen este mal, ni habían resultados de laboratorio que determinen la causa de tanta muerte entre las crías de alpaca. Los alpaqueros de aquella época a lo único que atinaban era recurrir a la medicina folclórica que en algunos casos surtía efecto la aplicación de los medicamentos andinos, pero en su mayoría resultaban siendo víctimas de cuantiosa muerte de alpacas bebé al no poder contener el avance epidémico.
La experiencia nos muestra que el tratamiento de esta enfermedad empieza con el manejo de los rebaños en zonas apropiadas, la previsión del consumo de aguas estancadas, la defensa del granizo que trae consigo las aguas heladas, en fin una serie de acciones destinadas a prever la enterotoxemia.
En estos últimos tiempos el avance de la tecnologia ha visto por conveniente aplicar la vacuna contra el mal, particularmente en Nuñoa durante la presente campaña el Proyecto Alpacas a aplicado más de diez mil vacunas destinados a prever la diarrea bacilar. La cultura de la campaña de vacunación va acompañado de la idiosincrasia del poblador andino, es decir, no todo es color de rosas. Mas adelante veremos, cuales fueron los resultados de esta valiente y decidida experiencia.
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